LOS ESPÍRITUS ELEMENTALES

Muchas culturas que viven en cercanía con la tierra desarrollan una apreciación de la dimensión espiritual de los elementos naturales. Reconocen que los elementos no son sólo materiales burdos -también son un medio ambiente habitado por deidades y espíritus inferiores y superiores. Hay seres sintientes que viven en cada uno de los elementos. En el nivel de las enseñanzas que denomino chamánicas, se considera que las fuerzas que nos afectan están fuera de nosotros más que dentro de nuestro cuerpo o mente.

De acuerdo con el chamanismo, las fuerzas de la naturaleza están vivas; los espíritus residen en los ríos, árboles, rocas, montañas, cascadas, fuegos, planetas, cielo, valles, cuevas, etcétera. Estos espíritus están relacionados con los cinco elementos externos, de la misma manera que nuestra experiencia interna está relacionada con nuestro cuerpo. Cualquiera que sea nuestra filosofía, por lo general la experiencia de nosotros mismos es que residimos «en» nuestro cuerpo. De manera similar, los lagos, árboles y rocas son cuerpos en los que residen espíritus. En el chamanismo, estas entidades no son consideradas como proyecciones mentales ni se cuestiona su realidad. Son autónomas y se rigen a sí mismas. Estos seres no físicos con quienes tenemos contacto pueden ser neutrales hacia nosotros, o bien obstruimos o apoyamos.

Cuando compramos una casa o un terreno, sentimos cierta satisfacción de que la tierra nos pertenece. Sin embargo, existen en ella muchos seres que no participaron en nuestra transacción de compraventa. Hay múltiples seres no físicos a quienes no podemos ver con nuestros ojos físicos, así como seres sustanciales visibles tales como insectos, pájaros y animales que habitan en los árboles o bajo la tierra. En cierto sentido, la tierra les pertenece también. Pelean con otros miembros de su especie para conservar su espacio y marcar su territorio, igual como lo hacemos nosotros. Sin embargo, llegamos al terreno y excavamos sus madrigueras, cortamos los árboles que sostienen sus nidos, arrancamos las plantas que utilizan como alimento y destruimos sus huevos y sus crías. ¿Cómo reaccionarías tú si algún otro tipo de ser de pronto ocupara tu hogar, moviera o rompiera tus cosas, o enterrara tu casa bajo concreto? Hacemos este tipo de daño a otros seres visibles y también a seres que no vemos.

Cuando construimos una casa, dependiendo de cómo nos relacionemos con el terreno y con los seres que lo habitan,nos veremos obstaculizados o apoyados por los espíritus del área. Pueden dañamos causándonos enfermedades, obstáculos en el trabajo o en nuestras relaciones, afectar nuestros pensamientos o dificultar nuestra práctica espiritual, afectar nuestra energía y dejamos fatigados, deprimidos, agitados o confundidos. Por otra parte, pueden incrementar nuestra vitalidad, protegemos y eliminar de nuestro entorno las energías perturbadoras no físicas, ayudamos a enfocar la mente en la práctica espiritual, ayudarnos a sanar, y a desarrollar relaciones armoniosas entre nosotros mismos.

TENZIN WANGYAL RÍNPOCHE SANACIÓN CON FORMA, ENERGÌAY LUZ Los cinco elementos en el chamanismo Tibetano.

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